Todo empezó en marzo 2020, el gobierno anunció cuarentena oficial para la Ciudad de México, todos aseguramos que la cuarentena no sería más que de tres semanas. Hoy agosto 2021 nuevamente el gobierno de la Ciudad de México acaba de anunciar un semáforo naranja con tonalidades rojas. ¿parece chiste? Pues no lo es.

Estos meses de pandemia nos han cambiado profundamente y ha transformado la manera en la que veníamos haciendo las cosas desde hace décadas y que tal vez ya no eran tan eficientes.

Tal es el caso del famoso home office, cuando la pandemia explotó, esta modalidad de trabajo fue recibida de manera polarizante, estaban las personas que se negaban a unirse a este nuevo esquema y otras que lo amaron. El hecho es que ha pasado de ser una modalidad de trabajo minoritaria en las empresas, con solo un 15% de penetración, a ser una modalidad adaptada por casi la mitad de las compañías. Leyendo reportes del año 2018 cuando lo que estamos viviendo era nada visible, compañías como IBM reportaron un bajo desempeño en sus empleados que hacían home office. Actualmente los estudios pintan un panorama completamente distinto, un estudio realizado por Statista en abril 2020 revela que alrededor del 93% de 360 encuestados considera el periodo de trabajo en casa como eficaz o muy eficaz, mientras que únicamente el 7% lo considero poco eficaz.

Para las organizaciones, el home office se traduce en menos problemas entre empleados, mayor productividad, la eliminación del absentismo laboral, la reducción de costes de producción y el ahorro en el mantenimiento de infraestructuras innecesarias.

Actualmente el termino “salario emocional” está empezando a cobrar importancia. Con el auge profesional de personas pertenecientes a la generación millennial son cada vez más las personas interesadas en un trabajo que les permita mantener su salud, crecimiento profesional y desarrollo personal. Cuando inicio la crisis sanitaria fue justo la generación millennial la que se vio más perjudicada, por un lado, estaban los recortes de personal y por otro, aunque la tecnología es una herramienta común, entre los millennial existió una resistencia para unirse a este esquema, sin embargo, transcurridos los meses; la fuerza laboral en México, compuesta 50% por millennials han notado las grandes ventajas de hacer home office y ahora están mucho más informados y son capaces de sacrificar una posición laboral las veces que sean necesarias si no encuentran en su trabajo motivaciones personales, creativas o de desarrollo. El tan buscado equilibrio entre una vida profesional y una vida personal.

Según un estudio realizado por ManpowerGroup la generación millennial (personas que nacieron entre 1980 y 1994) son los que menos dispuestos están en volver a las oficinas a trabajar de tiempo completo. Muchas profesionales podrían suponer que esta idea o nueva normalidad se debe a una “flojera generalizada” pero por otro lado estudios demuestran que:

1. La efectividad de las personas laborando desde casa aumenta un 20%
2. La percepción que se tenía sobre el trabajo ha venido cambiando de generación en generación y ahora existe una prioridad sobre el crecimiento personal ante el monetario.
3. Compañías como HSBC anunciaron recientemente que eliminará la planta ejecutiva de su cede en Londres, Canary Wharf, convirtiendo las oficinas privadas de los altos cargos en salas de reuniones para clientes y espacios de colaboración. Twitter ha dicho que sus empleados pueden seguir trabajando desde casa de forma permanente y Mark Zuckerberg ha dicho que la adopción de los nuevos esquemas laborales ha abierto las fronteras y cerrado los espacios de tiempo, lo que se traduce en una potencialización en la captación de talentos que se encontraban limitados por espacios geográficos y de horarios.
4. Ahora ya no se busca trabajar por el cumplimiento de un tiempo si no trabajar por el cumplimiento de objetivos. Lo que aumenta la eficacia y motivación en los empleados.

Entre las desventajas que se vislumbran del trabajo remoto, es la falta de contacto humano que esto trae y la falta de regulación legal que actualmente existe. Las horas de trabajo en casa han pasado de ser de 8 horas como máximo a jornadas de todo el día, pues hace parecer que el hecho de estar trabajando desde la “comodidad” de nuestra sala, cuarto, cocina, etc. Nos hace agentes disponibles las 24/7, lo cual claramente no es cierto.

Como ya lo habíamos mencionado, los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, cuando empezó la pandemia y la gente se tuvo que recluir en sus casas y eliminar el contacto humano con personas fuera de su círculo de convivencia diaria, es claro que los problemas psicológicos y psicosociales, salieron a luz.

Según un estudio que evalúa el impacto del Covid-19 sobre la salud mental de las personas dice que el Covid-19 puede afectar a toda la sociedad, teniendo consecuencias psicosociales en los individuos que se sienten estresados y preocupados. La crisis ocasionada por la pandemia impacta la actividad social, las interacciones y los comportamientos en múltiples niveles. Emocionalmente, las actividades de distanciamiento social y autoaislamiento pueden causar problemas de salud mental, ansiedad y depresión.

También otro de los factores que es determinante para si este esquema conviene o no es que muchos trabajadores conciben al home office como vacaciones, y la procrastinación de tiempo está al día, pues los distractores en casa son mucho mayores a los de una oficina.

Es claro que el home office implica todo un reto y también es evidente que el virus seguirá entre nosotros por un largo tiempo, si no es que para siempre. Las compañías, agencias, empresas tienen que buscar nuevas formas para adaptarse a la nueva normalidad, por un lado, cumpliendo con sus objetivos y por otro protegiendo a sus empleados. Las personas encargadas de recursos humanos de una empresa, tienen que llevar acabo estrategias para que sus empleados mantengan una rutina de trabajo saludable y estable.

Y tú ¿Cuál esquema de trabajo prefieres?

Escrito por @brendeileen